¿Mi hijo tiene depresión?


La depresión en niños y adolescentes, fue el segundo diagnóstico más frecuentemente atendido en México, en el Hospital Psiquiátrico Infantil “Dr. Juan N. Navarro” (del 10 al 15%), de 2005 a 2010 (1).

Autor: Yolanda Fajardo Ponce

Fecha: Enero del 2017

Seguramente nosotros como padres o profesionistas que trabajamos con niños nos hemos hecho las siguientes preguntas: ¿sabemos qué es la depresión en los niños?, ¿cuál o cuáles son sus causas?, ¿cómo se supera?, ¿cómo se previene?

Todos hemos sentido alguna vez apatía, melancolía, desesperación, tristeza, desesperanza, melancolía, sentimientos que caracterizan la depresión. La diferencia entre estos sentimientos y la depresión es que, en la última, las emociones negativas imposibilitan a la persona en sus actividades diarias. El sentimiento de tristeza es normal cuando es proporcional al factor desencadenante (p. ej., el fallecimiento de un ser querido), cuando se alivia mediante situaciones positivas y se resuelve espontáneamente.

Los síntomas de la depresión en los niños pueden variar de la de los adultos y variar según la edad.

En niños menores de 7 años se puede presentar ansiedad, estar renuente a ir al colegio, mojar la cama en la noche, llegar a hacerse popó en los calzones.

Irritabilidad, berrinches frecuentes, llorar por cosas que nos parecen insignificantes, dolores de cabeza, estómago, pérdida de interés por los juegos habituales, cansancio excesivo, aumento de las actividades motrices.

Físicamente pueden presentar bajo peso al esperado a su edad cronológica y retraso psicomotor.

En niños de 7 años a 12 años los síntomas se presentan fundamentalmente en 3 esferas:

  1. Esfera afectiva y conductual: irritabilidad, agresividad, agitación o inhibición psicomotriz, apatía, fatiga general, tristeza, frecuente sensación de culpabilidad, aburrimiento y, en algunas ocasiones, ideas recurrentes de muerte.
  2. Esfera cognitiva y actividad escolar: falta de concentración, baja autoestima, disminución del rendimiento académico, ansiedad por ir al colegio, trastornos del comportamiento en la escuela y en la relación con sus compañeros.
  3. Esfera somática: dolores de cabeza, dolor abdominal, mojar la cama, disminución o aumento de las horas de dormir habituales, bajo peso para su edad cronológica y disminución o aumento del apetito.

En adolescentes aparecen más conductas de desafío, de romper las normas, abuso de alcohol, cigarro, irritabilidad, inquietud, mal humor, agresividad, hurtos, deseos o intentos de irse de casa, sentimiento de no encajar y no ser aceptado, aislamiento, falta de colaboración con la familia, descuido de la higiene personal y el autocuidado, tristeza, pérdida de interés por lo que antes sí lo tenía, auto-reproches, autoimagen deteriorada y disminución de la autoestima. En ocasiones, pueden tener pensamientos relacionados al suicidio.

En México, el 7.2% de los jóvenes que tenían entre 12 y 17 años, sufrieron un trastorno depresivo en 2009, de los cuales, el 54.7% se calificaron como graves (2).

Dentro de los factores biológicos, muchos investigadores creen que puede ser ocasionada por diversos desequilibrios químicos en el cerebro. La serotonina es el principal neurotransmisor ya que regula distintas funciones como el ánimo, el apetito y los impulsos.

Dentro de los factores genéticos existen factores predisponentes.

Dentro de los factores estresantes, se encuentran aquellos factores externos que generan un estado de estrés continuo, que puede ser provocado por discusiones o separación de los padres, agresión de éstos.

Dentro de los factores socio-familiares se encuentran la negligencia o mucha sobreprotección y ambiente con pocos estímulos positivos entre otros.

A nivel farmacológico, la depresión en niños se ha tratado principalmente con algún antidepresivo (un inhibidor selectivo de recaptura de serotonina, como la fluoxetina). (3).

A nivel psicoterapia se han visto buenos resultados con las de tipo cognitivo-conductual (a través de cambiar creencias y pensamientos, se disminuye o eliminan sentimientos negativos).

A nivel familiar debe formarse un ambiente de comprensión y apoyo, sin presionar o hacer sentir al niño/adolescente responsable de sus síntomas.

A nivel escolar se debe informar y guiar al maestro, para que el alumno obtenga un soporte eficaz.

Si deseas conocer más sobre la depresión en los niños, contacta a nuestras psicólogas en Puebla en el Centro de Psicología Serenamente.


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Bibliografía: 1. Nogales I, Ulloa R, Rodríguez H, Palacios L et al. Depresión en niños y adolescentes. En: Ulloa R, Fernández C, Gómez H, Ramírez J, Reséndiz J (eds). Guías clínicas. México DF.: Hospital Psiquiátrico Infantil Dr. Juan N. Navarro; 2010; pp.63–85. 2. Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica. Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, México, 2003. 3. Guía clínica para los trastornos afectivos (depresión y distimia) en niños y adolescentes, Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, México, 2010.



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