Duelo por suicidio


“Creo que la persona que se suicida, deposita todos sus secretos en el corazón del superviviente, le sentencia a afrontar muchos sentimientos negativos y obsesionarse con pensamientos relacionados con su papel real o posible, a la hora de haber precipitado el acto suicida o de haber fracasado en evitarlo. Puede ser una carga muy pesada” (Cain, 1972)

Autor: Paola Sánchez Cortés

Fecha: Abril del 2017

El duelo supone un proceso natural en la persona que consta de diferentes fases o tareas que ayudan a la elaboración y asimilación de dicho proceso. Pérez et al. (2000) lo representa gráficamente como las olas de una gran marea que alternan embates violentos, con periodos de descanso aparente y nuevas embestidas, cada vez, de menor intensidad.

En el duelo por suicidio los familiares están expuestos al desarrollo de trastornos de ansiedad, y episodios depresivos mayores.

Ante un suicidio el proceso es más difícil de elaborar puesto que es una muerte repentina y socialmente inaceptable. Existe el riesgo que tienda a la cronicidad y a la patologización, aún más cuando la persona descubre el cuerpo del familiar, ya que es un acontecimiento sumamente traumático y la imagen puede ser imborrable, provocando la reexperimentación con imágenes aterradoras y dolorosas.

¿Qué sentimientos pueden aparecer en este proceso?

  1. Abandono? ¿Por qué me ha hecho esto?
  2. Culpa? ¿Se pudo haber evitado?, asumen la responsabilidad de la acción del fallecido con un pensamiento permanente de que podían o debían haber hecho algo para evitar la pérdida del ser querido
  3. Vergüenza? ¿Qué van a pensar de mí?
  4. Rabia? Contra los médicos, Dios o incluso el familiar fallecido.
  5. Pensamiento distorsionado? se tiene la necesidad de ver la conducta del suicida como una muerte accidental.
  6. Desesperanza? asociada a miedo por la propia seguridad, cuando hay una identificación con la persona suicidada, se produce una amenaza al propio sentimiento de seguridad personal; esto incrementa la ansiedad y la vulnerabilidad a los sentimientos suicidas.

Si el suicidio lo ha cometido uno de los padres, los niños pueden:

  1. Tener una reacción típica de negar lo ocurrido
  2. Mostrarse llorones, irritables
  3. Presentar cambios bruscos del estado de ánimo
  4. Experimentar dificultades de sueño, pérdida de apetito e intentos suicidas, cuya significación puede ser un intento de reunirse con el fallecido (aunque también puede haber deseos reales de morir).

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Bibliografía: Acinas, P. (2012). Duelo en situaciones especiales: suicidio, desaparecidos, muerte traumática. Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia (2), 1. Disponible en http://www.psicociencias.com/revista/boletines/Duelo%20en%20situaciones%20especiales.pdf. Pérez, P., Hernangómez, L. y Santiago, C.(2000).Terapia de grupo en duelo complicado: un enfoque desde los factores de cambio positivo. Psiquiatría Pública, 12(3),273?284. Rocamora, A. (2012). Claves para la intervención en el duelo por suicidio. VIII Jornadas sobre el duelo. Disponible en http://www.humanizar.es/fileadmin/documentos/EscuelaFamilia/Duelo/Claves_practicas_para_la_intervencion_en_casos_de_suicidio_1.pdf



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