1. Designa un área específica para el aprendizaje. Esto ayuda a entrenar al cerebro para que se concentren mejor. Por ejemplo, un escritorio para hacer solamente sus clases y tareas. Haz que salga de su escritorio para hacer cualquier otra cosa que no sea un trabajo concentrado. Anímelos a que se alejen de su escritorio cuando tomen descansos. 

2. Ten cuidado de no interrumpir:  con cada interrupción, el cerebro requiere de unos minutos para volver al nivel de concentración que ya había logrado; y esto puede volver más lenta una tarea. Además el verte, lo asociará con estar en un ambiente hogareño y relajado, y no en un estado escolar de concentración.

3. Pregúntale cómo se siente. Las investigaciones de Carter muestran que cuando los niños reprimen sus sentimientos, su inteligencia y aprendizaje sufren. Fingir que nos sentimos bien incluso cuando en realidad sentimos algo más requiere energía y autocontrol, y eso roba la energía y la fuerza de voluntad necesarias para concentrarse.

4. Fomenta la realización de una tarea a la vez. Hacer varias al mismo tiempo implica un desgaste  de energía que hará que tu hijo se sienta cansado y distraído más pronto. 

5.  Reconoce a tu hijo en lo que ha hecho bien. Ayuda a los niños a ver dónde lo han hecho realmente bien a través de su propio esfuerzo, y reconoce el trabajo que le costó.

6. Permite que se equivoque. Los niños necesitan la libertad de fallar por sí mismos y corregirlo solitos, para lograr que sean independiente.

7. En lugar de organizarles la agenda del día, pregúntales ¿Qué vas a hacer después de desayunar? Esto lo ayudará a ponerse en contacto con sus intenciones, y al hablarlo en voz alta, el cerebro lo estructurará mejor. 

8. Apoya el sentido de pertenencia al colegio. Pregúntale a tu hijo sobre sus materias, maestras y compañeros. ¿Cuáles son las que más le gusta y por qué? 

9. Vigila las horas de sueño. Esto es fundamental para un buen rendimiento escolar. Se recomienda que los niños de kinder duerman de 10 a 13 horas, en primaria de 9 a 11 horas, y si van en secundaria 8 horas como mínimo. Además de que la falta de sueño provoca mal humor, el aprendizaje y la memoria a largo plazo solamente ocurre mientras tu hijo duerme. 

10. Enséñales a aceptar la situación. A nuestros niños no les tiene que gustar ir a la escuela en línea, pero cuanto más se resistan, más tendrán dificultades. Intenta no quejarte frente a ellos y ayúdales a encontrar el  lado positivo. Esto hará que lidiar con el cambio sea menos agotador y lo hará más abierto a cosas nuevas. 

Si estás teniendo problemas con esto y deseas una asesoría personalizada, con gusto te atenderemos, en nuestro equipo de trabajo contamos con psicólogos especialistas en el área infantil y familiar. Contamos con psicólogo o psicóloga dentro de nuestro equipo, para agendar una sesión online o presencial.

 

Bibliografía: Carter, C. (2020) Three Ways to Help Your Kids Succeed at Distance Learning. En Greater Good Magazine