Cómo educar a mi hijo: Acuerdos con mi pareja


El amor a la pareja no es suficiente para saber cómo educar a los hijos.

Autor: Yolanda Fajardo Ponce

Fecha: Diciembre del 2016

Cada niño es un ser distinto y maravilloso, que tiene su primer formación en el núcleo de la familia. Es importante, cuando los educamos, tener en cuenta que los niños no nacen sabiendo obedecer, lo normal es desobedecer y después aprender a obedecer.

Los niños pequeños tienen limitadas habilidades de comunicación; prueban la paciencia de los padres; no saben compartir; no pueden planear su propio día.

Es a través de los patrones de crianza, que enriquecen estas habilidades y las enriquecen más si ambos padres toman las siguientes recomendaciones al educar:

  1. NO HAY PADRES PERFECTOS.
  2. Cada miembro de la pareja tiene una formación, creencias y actitudes hacia la educación de los hijos, única y personal, formada por su propia educación, sus experiencias, su nivel social y cultural, su temperamento.
  3. Como consecuencia, ambos parten de supuestos diferentes sobre los niños y la familia y muchas veces no son conscientes de ellos hasta que chocan contra un conjunto distinto de creencias.
  4. A partir de tener al primer hijo, las discrepancias empiezan a ser evidentes, y a partir del primer año, cuando se comienzan a inculcar normas al niño, es frecuente que uno de los padres sea más permisivo que el otro.
  5. Cuando ambos padres inculcan las mismas normas, el niño aprende con más facilidad a interiorizar qué está permitido y qué no.
  6. Cuando ambos padres difieren en las normas inculcadas, el niño aprende con más dificultad qué está permitido y qué no, pues hay incongruencias.
  7. Todo niño es listo y aprende rápido a sacar partido de la falta de congruencia, por ejemplo: “Papá me ha dicho que no, pero seguro que mamá me dice que sí’.
  8. Generalmente uno de los dos es más permisivo. Lo importante es ponerse de acuerdo en la conducta a tomar frente a los hijos: La familia al establecer normas y límites claros, ofrece un factor de seguridad a sus miembros.
  9. Los hijos necesitan percibir a sus padres unidos para poder confiar en lo que les enseñan.
  10. Apoyar la decisión que tomó el otro. Aunque no estemos de acuerdo, no podemos demostrarlo frente al niño. Si creemos que el papá o la mamá lo reprendió muy duramente, dejar pasar la situación y luego comentarlo en privado.
  11. Evitar descalificar al otro delante de los hijos, por ejemplo, decir “Tu papá/mamá dice…pero…”.

Si además de seguir las recomendaciones anteriores, cada familia analiza su estilo de crianza, entonces se podrá educar más eficientemente.

Los diferentes estilos de crianza se pueden resumir así:

Autoritario:

  1. El control es alto, no se dan opciones ni se da libertad.
  2. El afecto y la comunicación son bajos.
  3. Puede haber maltrato físico y psicológico.
  4. Como medio educativo de primera elección es el castigo.

Permisivo:

  1. Se da tanto en los padres negligentes y sobreprotectores.
  2. Hay un control bajo; un afecto y comunicación altos.
  3. No hay límites.
  4. Rige la afirmación “Tú puedes hacer lo que quieras”.

Democrático:

  1. Hay un control alto; un afecto y comunicación altos.
  2. “Tú puedes elegir y hacer lo que desees dentro del respeto por los demás”.
  3. Los padres utilizan Disciplina Positiva con los hijos, basados en los principios democráticos de igualdad y respeto (Alfred Adler).

Finalizando, se concluye entonces que como padres, se puede aprender a educar de una manera más efectiva y eficiente, si hay acuerdos como padres y si analizamos qué estilo de crianza tenemos y trabajamos sobre éstos puntos.

Cada psicólogo en Puebla, en el Centro de Psicología Serenamente, te ayudará como pareja, a educar a tus hijos de una manera óptima.

Bibliografía: Castro, R. (2010). Como ser Padres sin dejar de ser pareja. México: Ed.Trillas.


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